
Where Winds Meet ha irrumpido en la escena de los videojuegos como una tormenta. Desarrollado por Everstone Studio, este rpg de mundo abierto ambientado en el periodo de las Cinco Dinastías y los Diez Reinos de China promete ser mucho más que un simple “clon” de otros éxitos.
¿Es este el juego que los fans de las artes marciales estaban esperando o es solo una cara bonita con poca sustancia? Aquí repasamos lo mejor y lo peor de su propuesta.
Lo bueno: por qué hay tanto entusiasmo
El juego destaca desde el primer momento por su ambición y por su respeto hacia el género wuxia, centrado en héroes de artes marciales y habilidades casi sobrenaturales.
Una de sus mayores virtudes es la libertad de movimiento. A diferencia de muchos rpg occidentales donde la física es más pesada, aquí se abraza la fantasía pura: puedes correr por las paredes, caminar sobre el agua, impulsarte con el viento y encadenar saltos imposibles. La movilidad es un pilar central y convierte cada recorrido en un espectáculo. El combate también es variado, mezclando técnicas cuerpo a cuerpo con artes marciales avanzadas y magia taoísta; puedes desviar ataques con Tai Chi, bloquear golpes con precisión milimétrica o paralizar enemigos aplicando puntos de presión.
El mundo también promete ser reactivo y lleno de vida. No solo eres un guerrero, sino un habitante más de una sociedad que cambia con tus acciones. Puedes ejercer profesiones como médico, comerciante o artesano, y las decisiones que tomes influyen en la narrativa y en el destino de muchos personajes. La ambientación histórica está muy cuidada: la estética mezcla paisajes devastados por la guerra con la elegancia de la pintura clásica china, y se incluyen elementos culturales como medicina tradicional, filosofía y conflictos políticos de la época.
Lo malo: dudas, limitaciones y preocupaciones
Aunque el proyecto es prometedor, también arrastra aspectos que generan cierta inquietud.
Uno de ellos es la participación de NetEase, una compañía con fama de introducir sistemas de monetización agresivos. Aunque todavía no se ha visto nada preocupante, existe la duda de si, en fases posteriores, podrían añadirse mecánicas que rompan la experiencia.
El diseño también corre el riesgo de ser excesivamente amplio. Con tantas mecánicas simultáneas —combate, profesiones, exploración, política, construcción— es fácil que el juego sea enorme pero poco profundo. En pruebas anteriores, algunos jugadores comentaron que la interfaz se sentía saturada, algo habitual en los mmos asiáticos, lo que podría dificultar la accesibilidad para jugadores más casuales.
El rendimiento técnico es otro punto sensible. Para un título que apuesta por moverse rápido en un entorno tan detallado, la optimización debe ser impecable. En versiones preliminares se han visto caídas de fps, texturas que tardan en cargar y un combate que a veces se siente demasiado ligero o “flotante”, especialmente para quienes vienen de juegos como Dark Souls o Ghost of Tsushima.
Y uno de los temas más polémicos aparece en su sistema de progresión. El juego incluye una energía diaria que limita actividades importantes; cuando se agota, es imposible seguir explorando ciertas zonas, cazar o completar misiones específicas hasta que la energía se recupere. La historia también avanza con pausas obligatorias, ya que algunos capítulos exigen esperar horas antes de continuar, una mecánica asociada más bien a juegos móviles que a un rpg premium. A esto se suman topes diarios o semanales en el nivel del personaje, lo que restringe la progresión de quienes quieren avanzar más rápido.
Veredicto final
Where Winds Meet es una apuesta enorme y visualmente espectacular que podría convertirse en uno de los grandes referentes del wuxia moderno si logra equilibrar bien todas sus mecánicas. Su movilidad, su ambientación y su variedad de roles lo convierten en un proyecto único. Sin embargo, las dudas sobre monetización, el rendimiento técnico y las limitaciones de progresión obligan a mantener la expectativa con cautela.
Es un juego ideal para quienes aman la cultura china, disfrutan del combate fantasioso y quieren perderse en mundos abiertos complejos. Pero también es un título que deberá demostrar, en su versión final, que puede ofrecer profundidad y libertad sin sacrificar el ritmo ni la experiencia del jugador.



